La Ley de Parkinson: una revelación que no tenía idea que existía como concepto, pero sí que la he visto en plena acción en más de una…
La Ley de Parkinson: una revelación que no tenía idea que existía como concepto, pero sí que la he visto en plena acción en más de una oportunidad a nivel laboral.
Esta ley se centra en cómo el trabajo se “expande” para llenar el tiempo y los recursos disponibles, creando una ilusión de estar siempre ocupados.
Esta grafica sencilla encierra todo el concepto:

Con el tiempo, esto conduce a un aumento de la burocracia, la ineficiencia y la falta de innovación, algo común en empresas que crecen de forma descontrolada.
Según esta ley, los departamentos y equipos tienden a volverse más complejos y menos productivos a medida que se les asignan más recursos y tiempo para proyectos. Además, se fomenta el gasto innecesario de presupuestos para justificar su existencia y garantizar su mantenimiento en el futuro. Esto crea una cultura organizativa donde las tareas se vuelven interminables y se desperdician valiosos recursos que a menudo pasamos por alto.
Curiosamente, esta Ley de Parkinson no solo se aplica a las empresas, sino que también nos afecta a nivel personal.
Al dar más tiempo del necesario a una tarea y conformarnos con lo mínimo, inevitablemente caemos en la trampa de la procrastinación y la mediocridad.
A corto plazo, puede funcionar, pero a largo plazo afecta nuestro enfoque y deja en evidencia nuestra falta de compromiso. Siempre terminamos siendo prescindibles en los próximos despidos masivos.
Y al parecer esta es la única manera de curar esta “anomalía organizacional”. El mejor ejemplo es Twitter que hoy funciona con menos casi el 30% de la gente que tenía el año pasado.
Elon tenía razón, aunque lo hayan criticado fuertemente, había mucha gente de relleno haciendo proyectos innecesarios para el core del negocio y el resto es historia.
El chiste es que esta ley de Parkinson no solo pasa en las grandes o pequeñas empresas, también nos pasa a nosotros.
Evitar desafíos reales, conformarnos con tareas irrelevantes y hacer lo mínimo necesario limita nuestra adquisición de experiencia significativa en el ámbito laboral.
A menudo encontramos personas que presumen de tener “X años de experiencia”, pero al conocerlas nos damos cuenta de que en realidad no saben dónde están paradas. El tiempo ha pasado sin que aprovecharan la oportunidad de ampliar sus conocimientos. Es triste y peligroso, ya que el primero en ser despedido es el que menos aporta, a menos que seas el hijo del jefe.
Para contrarrestar los efectos de la Ley de Parkinson, tanto a nivel organizacional como personal, es fundamental establecer límites de tiempo realistas y evitar inflar nuestro trabajo.
Debemos resistir la procrastinación y tener una mentalidad de constante aprendizaje, sin conformarnos con lo poco que sabemos. Promovamos la eficiencia entre nosotros mismos, enfocándonos en las tareas prioritarias y aplicando el principio de Pareto, donde el 20% del esfuerzo genera el 80% de los resultados.
Fomentemos una cultura de innovación y mejora continua.
Si estamos rodeados de personas inteligentes, este enfoque se contagiará y se convertirá en la norma. Si no estamos en un equipo así, es mejor huir, ya que al final nos arrepentiremos del tiempo perdido.
Una buena gestión del tiempo y una motivación sólida son clave para evitar caer en la trampa de la expansión innecesaria del trabajo. También es fundamental valorar la calidad de los resultados sobre la cantidad y evitar premiar a los mediocres con “resultados por equipo”, ocultando el comportamiento de algunos mientras se ignora la excelencia individual de aquellos que más aportan para sacar adelante al equipo. He visto cómo termina esta historia y nunca tiene un final feliz.
Como dice David Goggins con su frase “Stay hungry” debemos siempre mantenernos insaciables en nuestra búsqueda de crecimiento y desarrollo personal. Debemos desafiar constantemente nuestros límites y evitar caer en la trampa de la expansión innecesaria del trabajo.
Mantener esa sensación de hambre nos impulsa a buscar nuevas oportunidades, adquirir nuevas habilidades y mantenernos enfocados en tareas de verdadera importancia y así resistir los efectos de esta ley para tener una mejor version de nosotros mismos.